Después de comer y con el calor que hace en verano es imposible no sucumbir a cerrar los ojos un ratito para echar una cabezada. ¿Podemos evitar saltar del sofá al baño para quitarnos las lentillas cuando los párpados empiezan a pesar?
Me temo, que vamos a tener que ser previsores a la hora de la siesta.
Las lentillas no deben estar puestas mientras dormimos. La combinación de lentillas y dormir puede resultar en situaciones que van desde la sequedad ocular hasta las infecciones.
El ojo, en especial, la córnea, necesita estar en contacto con el oxígeno ambiental; al dormir, perdemos esta exposición. Si sumamos las lentillas, disminuimos aún más el contacto de la córnea con el oxígeno.
Las lentes de contacto, además, limitan el contacto de las lágrimas con el ojo, por lo que también se pierde hidratación por esta vía, si a esta situación le añadimos que al dormir producimos menos lágrimas, se pueden quedar las lentillas “pegadas” al ojo debido a la deshidratación, pudiendo causar daños al retirarla.
Si te has dormido con lentillas o tienes alguna duda, habla con tu profesional del cuidado de la visión.